martes, 3 de enero de 2012

Incertidumbre peliculera

Es un placer ver una buena película. En eso creo que estaremos todos de acuerdo. El problema es quién y cómo se considera que una "peli" es buena o no.
Soy de la idea que son unos cuantos factores los que influyen para que a uno le "llegue" una peli, pero los dos más importantes son, a mi modo de ver, la calidad de la cinta, cómo es lógico; y la segunda y, para mi, no menos importante, la predisposición para verla. Podrían considerarse varios aspectos más, como la compañía, el lugar, la hora... pero puedo considerar estos matices menos importantes que los dos anteriores.
Con calidad de la cinta, quiero decir, guión, trama, originalidad, actuaciones, fotografía... en fin, lo que la mayoría valora independientemente del género.
Pero lo que me trae a esta entrada del blog, es comentar el otro apartado. La predisposición que tiene el espectador cuando se trata de ver un film.
La mayoría del cine que consumo es mediante el pc, ya sea enchufado a la tele via HDMI o en el txami con el proyector (que ahora es una gozada). Tengo varios discos duros de mis largas estancias chinescas con horas y horas de cine (y series, juegos y música). Algunas veces echo cuentas por encima del tiempo que puede llevar vaciar los discos y alucino.
El caso es que trato de no estar condicionado cuando le doy al play. O lo que es lo mismo, trato de estar predispuesto a visionar la obra. Quiero pensar que ha habido gente (más o menos profesionales) que han querido plasmar algo y transmitirlo. Por ello, ese aspecto que indicaba al principio por el que una peli puede ser buena o no, dependiendo del estado del espectador; trato de minimizarlo al máximo previamente.
A ello hay que sumar que tengo muy mala memoria en lo que a películas se refiere, y muchas veces, aun habiendo visto una, no recuerdo lo que pasa. Lo mismo con los títulos. Yo lo considero una virtud, y más de una vez he revivido sensaciones con un mismo film.
Con todo esto quiero decir que, cuando cojo un título, no suelo mirar nada más, ni director, ni actores, ni año... Lógicamente veo el título, y muchas veces, ya puedes intuir de qué trata o simplemente el género de lo que viene. Pero otras veces, no tengo ni idea de lo que viene...
Efectivamente. Me como muchos bodrios. Y me los como enteritos. Sale el pequeño masoquista que hay en mi, y me obligo a mí mismo a sufrir el film hasta el final.
Pero estos "malos ratos" son compensados con creces cuando encuentras una buena historia; una obra que conecta contigo; creo que todos sabeis a lo que me refiero. Una película que te hace sentir. Es indiferente si es miedo, ternura, tristeza, cariño, acción, tristeza, interés... lo que sea.
No quiero hablar todavía de títulos. Todo se andará. Solo las primeras pinceladas de lo que es disfrutar del cine desde mi punto de vista.
Me lleva a escribir esto, la sensación que me queda tras disfrutar de una de esas veces en la que aciertas.

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